Cuando ves a una paloma a punto de estrellarse contra tu cabeza, cuando ves a una paloma caminar directamente hacia ti sin asustarse, cuando las palomas se pasean a la altura de tus pies buscando comida o bajo la mesa del café que frecuentas en primavera, puedes afirmar que la inocente ave ya no existe, por lo menos las palomas citadinas perdieron su inocencia.
Las palomas de la ciudad son más independientes y andan la defensiva, más que un perro callejero. Su convivencia con el ser humano ha llevado a que su aprendizaje social sea rápido. En dos décadas el comportamiento social de las palomas ha dado un vuelco considerable.
Hace veinte años encontraba lindas a las palomas, las quería atrapar para jugar y se arrancaban despavoridas. En esos tiempos una paloma no se te iba a acercar, tenías que ofrecerle pan o comida para mantenerla a tu alrededor y tu mamá nunca diría que asco no te acerques, simplemente porque era una tarea muy complicada atrapar a una.
Ahora la situación es muy diferente. Al igual que veinte años atràs, las palomas son pájaros hinchados por infecciones, pero màs insolentes y agresivas, que han aprendido mucho de los humanos acerca de como sobrevivir en su espesa jungla. Las he visto en los paraderos rabiar con un pan entero en el pico, tambièn caminando tan seguras por las veredas sin hacer el quite a nadie.
Su conducta evoluciona tan rápido como la ciudad cambia, sobreponiendose al entorno y las personas, y a las tendencias y comportamientos de la sociedad. A medida que las personas se han ido desprendiendo de la timidez y prejuicios propios de épocas pasadas, y Chile se hace màs urbano y cosmopolita, las palomas han evolucionado tambièn en sus conductas. Ya no tienen nada de blancas e inocentes, son más vivas que cualquier plaga, y debo admitir que inteligentes, desde la perspectiva de la adaptación.
Las palomas que conocí en la infancia enseñaron a sus predecesoras a ser menos tímidas, menos blancas, y teniendo en cuenta que el promedio de vida de uno de estos pájaros es de 12 años, su evoluciòn y adapataciòn social ha sido ràpida.
Las palomas de la ciudad son más independientes y andan la defensiva, más que un perro callejero. Su convivencia con el ser humano ha llevado a que su aprendizaje social sea rápido. En dos décadas el comportamiento social de las palomas ha dado un vuelco considerable.
Hace veinte años encontraba lindas a las palomas, las quería atrapar para jugar y se arrancaban despavoridas. En esos tiempos una paloma no se te iba a acercar, tenías que ofrecerle pan o comida para mantenerla a tu alrededor y tu mamá nunca diría que asco no te acerques, simplemente porque era una tarea muy complicada atrapar a una.
Ahora la situación es muy diferente. Al igual que veinte años atràs, las palomas son pájaros hinchados por infecciones, pero màs insolentes y agresivas, que han aprendido mucho de los humanos acerca de como sobrevivir en su espesa jungla. Las he visto en los paraderos rabiar con un pan entero en el pico, tambièn caminando tan seguras por las veredas sin hacer el quite a nadie.
Su conducta evoluciona tan rápido como la ciudad cambia, sobreponiendose al entorno y las personas, y a las tendencias y comportamientos de la sociedad. A medida que las personas se han ido desprendiendo de la timidez y prejuicios propios de épocas pasadas, y Chile se hace màs urbano y cosmopolita, las palomas han evolucionado tambièn en sus conductas. Ya no tienen nada de blancas e inocentes, son más vivas que cualquier plaga, y debo admitir que inteligentes, desde la perspectiva de la adaptación.
Las palomas que conocí en la infancia enseñaron a sus predecesoras a ser menos tímidas, menos blancas, y teniendo en cuenta que el promedio de vida de uno de estos pájaros es de 12 años, su evoluciòn y adapataciòn social ha sido ràpida.
Teniendo en cuenta que el comportamiento de las palomas en paìses màs desarrollados que Chile es aun màs patudo, podrìa plantear que su adaptaciòn y aprendizaje social es proporcional al nivel de desarrollo del paìs.
Saquen sus conclusiones, la próxima presidenta de Chile será una tal gorda Palominos.
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